miércoles, 14 de julio de 2010

Meena Keshwar Kamal: mártir del feminismo islámico


En un día como hoy en el que la noticia de la no conmutación de la pena de lapidación contra Sakineh Mohammadi Ashtiani, mujer iraní de 43 años y madre de dos hijos, nos abofetea la cara, siento la necesidad de reivindicar la memoria de mujeres que dentro del Islam han sido heroínas y mártires por la liberación de la mujer, por el feminismo y la democracia.


Una de estas mártires fue Meena Keswar Kamal, cuya corta vida, sesgada por los enemigos de los derechos humanos y los derechos de la mujer, estuvo llena de compromiso, activismo y de implicación en la transformación de su país, Afganistán. Esa transformación pasaba por la promoción de la igualdad y la educación de la mujer. Meena declaró en una de sus entrevistas:
“Las mujeres afganas son como leonas durmientes, una vez despiertas, pueden desempeñar un papel maravilloso en cualquier revolución social." Y estas ideas no las perdonan ni toleran los fundamentalistas islámicos.


Meena fundó en 1977 la Asociación Revolucionaria de las Mujeres de Afganistán (RAWA) y se alzo públicamente contra el gobierno ruso que por aquel entonces invadía su país. En 1981, fue impulsora de la revista feminista bilingüe, Payame Zan (Mensaje de las Mujeres) y fundó las Escuelas Watan para ayudar a los niños, niñas y madres refugiadas, ofreciendo cuidados médicos y capacitación en habilidades prácticas. Fue invitada al Congreso del Partido Socialista Francés, a finales del año 1981, como representante del movimiento de resistencia afgana.


El 4 de febrero de 1987 fue asesinada en Quetta (Pakistán) con tan sólo treinta años. En la actualidad todavía se desconoce la identidad de sus asesinos, especulando entre agentes de la policía secreta de Afganistán o el líder muyahidín fundamentalista Gulbuddin Hekmatyar.

RAWA dice sobre ella: "Meena dio 12 años de su corta pero brillante vida para luchar por su tierra y su gente. Tenía la certeza de que pese a la oscuridad del analfabetismo, la ignorancia del fundamentalismo, la corrupción y la decadencia de traidores impuestos en nuestras mujeres bajo el nombre de libertad e igualdad, finalmente esa mitad de la población despertará y cruzará el camino hacia la libertad, democracia y derechos de la mujer. El enemigo tenía razón al temblar de miedo ante el amor y respeto que Meena creaba en los corazones de nuestro pueblo. Sabían que todos los enemigos de la libertad, la democracia y la mujer se calcinarían en el fuego de su lucha".


La revista Time la incluyó en el 2006 entre los "60 Héroes Asiáticos" y dijo de ella: "A pesar de haber tenido sólo 30 años al morir, Meena ya había sembrado la semilla de un movimiento por los derechos de la mujer afgana, basado en el poder del conocimiento".


Su sensibilidad y compromiso con la causa del feminismo está reflejada en su poema Nunca Volveré:


"Soy la mujer que ha despertado
Me he levantado y convertido en tempestad entre las cenizas de mis criaturas abrasadas
Me he alzado desde los arroyos de la sangre de mis hermanas
Me ha dado fuerzas la cólera de mi nación
Mis ruinosas y quemadas aldeas me llenan de rabia hacia el enemigo,
Soy la mujer que ha despertado,
He hallado mi camino y nunca volveré.
He abierto las puertas cerradas de la ignorancia
Me he despedido de todos los brazaletes de oro
Oh compatriota, ya no soy lo que fui
Soy la mujer que ha despertado
He hallado mi camino y nunca volveré.
He visto criaturas sin hogar vagando descalzas
He visto novias con jena vistiendo luto
He visto gigantes muros de prisiones devorando libertad en su feroz estómago
He vuleto a nacer en medio del coraje y la resistencia épica
He aprendido el canto de libertad en el último aliento, en las olas de sangre y en la victoria
Oh compatriota, oh hermano, no me veas más como débil e incapaz
Con todas mis fuerzas estoy contigo en la senda libertadora de nuestro país.
Mi voz se entremezcla con miles de mujeres en pie
Mis puños se enlazan con los puños de miles de compatriotas
Junto a ti he subido los escalones hacia el camino de mi nación,
Para acabar con todos esos sufrimientos y romper los grilletes de la escavitud,
Oh compatriota, Oh hermano, ya no soy lo que fui
Soy la mujer que ha despertado
He hallado mi camino y nunca volveré".
Autora: Patricia Aragón

sábado, 19 de junio de 2010

Los Usos del Tiempo

Vivimos en la era de la velocidad. El mundo que nos rodea se mueve con más rapidez que nunca. Nos esforzamos para ser más eficientes, para hacer más cosas por minuto, por hora, cada día. Y desde una perspectiva de género esta sensación se intensifica por muchas razones. ¿Somos nosotras las que disponemos de nuestro tiempo? ¿Podemos aspirar a desarrollarnos como profesionales, políticas, empresarias, directivas… sin renunciar a la vida privada?

¿Qué es el tiempo? Se pregunta San Agustín y responde: Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé.

La reflexión sobre el tiempo ha sido un elemento fundamental en el pensamiento filosófico y científico. Todas y todos tenemos una percepción del mismo sintiendo que lo perdemos, que lo ganamos o que nos falta o sobra, que pasa lento, que pasa rápido y se nos escapa como la arena entre los dedos. Podemos gestionarlo mejor o peor, manejarlo en mayor o menor grado. SU uso está condicionado por unas pautas y unos ritmos marcados por los hábitos y los valores de la sociedad en que vivimos.

En su obra Un cuarto Propio Virginia Woolf formula la siguiente afirmación: para escribir novelas una mujer debe tener dinero y un cuarto propio. En esta frase la autora resume el quid de la cuestión en la vida de las mujeres para la consecución de sus objetivos y metas: autonomía, tiempo y espacio. Estas tres variables están estrechamente relacionadas entre sí. Si reflexionamos sobre nuestras vidas ¿cuántas de nosotras tenemos un cuarto propio en el que desarrollar sin interrupciones actividades para el desarrollo y la satisfacción personal y profesional? Y si tenemos la suerte de disponer de ese espacio y tiempo ¿Cuál ha sido el coste que hemos tenido que pagar para conseguirlo?

El modelo patriarcal en el que se fundamenta nuestra sociedad ha repartido roles y funciones, espacio y poder, basando ésta distribución en la circunstancia de ser mujer u hombre. Evidente es que en esta dictadura la posición de poder la ocupa el hombre y por tanto en esta distribución subyace una desigualdad hacia la mujer que se transforma en LO OTRO que ha de estar al servicio del que ostenta el poder. El patriarcado legitima esta desigualdad con argumentos basados en la naturaleza que adquieren el rango de costumbre y que pasan a la norma como valor social y se interioriza y normaliza por la sociedad en su conjunto. La división sexual del trabajo distribuye espacios y determina roles que están intrínsecamente unidos a como hombres y mujeres utilizan el tiempo.

El Espacio público se identifica con el ámbito productivo, con el espacio de la “actividad”, donde tiene lugar la vida laboral, social, política, económica. Es el lugar de participación en la sociedad y del reconocimiento. En este espacio se han colocado los hombres tradicionalmente.
En el lado opuesto, se encuentra el Espacio doméstico, como el espacio de la "inactividad", donde tiene lugar el cuidado del hogar, la crianza, los afectos y el cuidado de las personas dependientes. En este espacio se ha colocado tradicionalmente a las mujeres.
El Espacio privado como señala Soledad Murillo: "Es el lugar del tiempo singular, de lo propio, la condición de estar consigo mismo/misma de manera crítica y reflexiva, es el culto a la individualidad y responde a la cualidad de ocuparse de sí mismo/misma". Es ese espacio y tiempo del que nos vemos privadas diariamente ya que se diluye en otros ámbitos temporales y espaciales que no son propios sino dedicados a otras personas.
La lucha de la mujer por ganar espacio y tiempo, por ganar poder, no ha terminado ni el camino es menos difícil. Sobre el papel todo está escrito, aprobado, ratificado y rubricado pero en la vida real los cambios son difíciles ya que implican que parte de la sociedad (la que ostenta el poder) ha de compartirlo con aquella parte (las mujeres) que durante siglos han estado sometidas a los designios masculinos en todos los órdenes de la vida. Esta transformación supone realizar un análisis crítico de los valores interiorizados y transmitidos como legítimos por los medios de socialización y por tanto un cambio radical en la manera de ver al OTRO/OTRA. Supone una reformulación del contrato social entre géneros.

El tiempo tiene una dimensión simbólica, no cuantificable, que ordena y estructura los proyectos vitales de las mujeres, caracterizados por su heterogeneidad, traspasados por la diversidad de roles y “presencias”; frente a proyectos masculinos más homogéneos, en que prima el trabajo remunerado y la presencia en el ámbito público. Es el tiempo que marca el “reloj social”, diferente para unos y otras. El tiempo de las mujeres se caracteriza por ser un continuo y organizado en función de las necesidades de otras personas. El tiempo de los hombres es un tiempo discontinuo -con tiempos de trabajo y ocio diferenciado.
Las decisiones de las mujeres sobre su participación en la esfera pública y en el mercado de trabajo están limitadas y mediatizadas por la tradición patriarcal, el entorno familiar (personas dependientes del hogar, condiciones económicas del hogar, posibles redes de mujeres que pueda crear o de los que pueda formar parte), la oferta de servicios públicos de cuidados y las regulaciones y características del mercado laboral. Estas variables no ejercen presiones sobre las decisiones masculinas.

Los estudios sobre los usos del tiempo, desde la teoría social y desde el feminismo, han demostrado que la dimensión temporal no es neutra en términos de género. Las diferencias respecto a cómo usan y conciben el tiempo mujeres y hombres son determinantes en la construcción y reproducción de las desigualdades. Es aquí donde radica la injustica que sufren las mujeres que se plantean una carrera profesional o simplemente el alcanzar unos objetivos ya sean personales o profesionales, ya que sobre ellas se cierne el dilema entre esfera privada y proyección profesional.

Los hombres nunca se enfrentan a esta espada de Damocles.

Autora: Patricia Aragón


martes, 1 de junio de 2010

Sexismo Publicitario

Es curioso ¿no? como en anuncios de hace tiempo se da por sabido que la mujer está al servicio del hombre (psicológicamente y físicamente, legitimando todo) y de la casa. Un papel tan arraigado que aún en la publicidad de hoy sigue estando, pero de una manera quizás menos evidente, aunque para mi opinión más peligrosa. Ante lo explícito uno puede reaccionar. Ante lo implícito es más difícil ser consciente, y ahí está, sigue metiéndose por cada uno de nuestros poros sin que nos demos cuenta, sin poder reaccionar a tiempo, o quizás cuando ya ha pasado tanto tiempo que no te atreves a tomar decisiones(claro, que ya me he puesto a divagar) sobre el peso de esta herencia machista y judeo cristiana que marca nuestra capacidad, nuestra moralidad, de lo que está bien o lo que está mal. De tener los ovarios de ponerte el mundo por montera y enfrentarte a todos y a ti misma).
Creo, que la influencia de la publicidad y los medios de comunicación es tan grande, que es un elemento educador, y lamentablemente y casi siempre, es un elemento nocivo educador con una fuerza bestial que se filtra en la construcción de la persona.
La publicidad de hoy nos enfrenta con otro papel impuesto a la mujer: el de la seducción, la tentación, el pecado, el objeto de deseo (que a la vez condena a algo tan natural como el deseo, en cualquier aspecto, a aquello que nos hace dudar y mantiene vivos). Nuestra educación, siendo creyente o no, está basada en valores y baremos judeo-cristianos. Asi que también tenemos que cargar con la actitud de Eva desde el inicio de la era cristiana... sin que los hombres se quieran dar cuenta, que tomando a Eva y Adan como ejemplo, la mujer es la que busca, la que se cuestiona que ahí más allá, la que decide buscar la libertad a pesar de que le dicen que no coma. La fuerza de la mujer para descubrir por ella misma, es producto del yugo de las sociedades patriarcales. Cada vez que discuto esto, siempre digo, que Adan se conformó con seguir lo que le decían, mientras que Eva se atrevió a romper las reglas para conquistar la libertad. Solo la mujer podría soportar el peso de la historia sobre sus hombros ;)
Lo peor, es que nos encadenan a lo material, así de simple. O somos madres, pero el papel de madre protectoras, cuidadoras, tiernas o simples y materialistas... a extremos, sin poder ser lo que nos de la real gana, y tener el derecho de cambiar por momentos. Y ahí está, lo mamamos, lo absorbemos, y buscamos la talla adecuada y la cara perfecta para seguir sirviendo a otros: al capitalismo, al consumismo, a la sociedad machista y a nuestra propia vida. Porque, lamentablemente, el mayor machismo reside en las mujeres que no se atreven a hacer, lo que otras, al menos intentan.

Autora: Bel

domingo, 16 de mayo de 2010

Mujer en los medios de comunicación.

La presencia de la mujer es cada vez mayor en todos los ámbitos pero este incremento no se ha visto acompañado por cambios ni en las actitudes ni en los valores. En los medios de comunicación la realidad de la mujer la siguen describiendo los hombres desde una perspectiva convencional, tradicional y conservadora que pretende que siga asumiendo e interiorizando los roles tradicionales que favorecen los prejuicios sexistas.
Los medios son agentes socializadores de gran potencia ya que tienen una enorme capacidad de llegar a una gran masa de personas. Nos transmiten modelos y valores, consolidan estereotipos y envían mensajes subliminales y directos sobre cómo somos y cómo debemos ser. La imagen de la mujer ha sido y es construida por el hombre y para el hombre. Una imagen estereotipada que la convierte en un objeto y como tal puede ser poseído. La mujer como objeto sexual se utiliza permanentemente por los equipos de ¿"creativ@s"? de las agencias publicitarias... ¡que falta de imaginación! En muchos casos estas imágenes suponen una clara vulneración de los derechos de las mujeres (ejemplo la violación del anuncio de Dolce y Gabana) fomentando la cosificación y la violencia contra ellas. En el anuncio de televisión de una colonia de Paco Rabanne el hombre obtiene todo lo que desea (fama, dinero y éxito con las mujeres) al chasquear los dedos y la mujer aparece como un mero objeto subordinado a los deseos del hombre.

Desde la perspectiva de su posición en la sociedad se sigue vinculando a la mujer con el ámbito doméstico, y si aparece en la esfera pública, se la vincula a trabajos o espacios de poca relevancia o vinculados a las tareas que desarrolla en la esfera privada. Cuando la mujer tiene una posición relevante en la sociedad, se intenta desprestigiar utilizando argumentos que van desde la forma de vestir, hasta cuestionarse el por qué de su estatus, no dando por hecho nunca que si ha llegado es por su capacidad intelectual y competencias profesionales.

La perspectiva tradicional de asignación de determinados roles en función del sexo biológico es limitante tanto para mujeres como para hombres. Los medios de comunicación todavía son un potente instrumento del patriarcado para seguir perpetuándose. El cine, la televisión, la publicidad… desde el análisis del enfoque de género siguen mostrando el mismo modelo de mujer. La belleza prima sobre todo los valores si quieres tener éxito. Ese modelo supone un estado de esclavitud para la mujer ya que si quiere triunfar tiene que cumplir esos requisitos (dietas, cirugía estética, modelos hiperdelgadas, anorexia en las jóvenes….). Pero a todo esto se añade la presión del triunfo en un ámbito público laboral en el que los valores masculinos son aún más predominantes. La transmisión de la imagen de la mujer como un ser que necesita protección fomenta la baja autoestima y la necesidad permanente de valoración de los demás. Las mujeres con gran capacidad intelectual, que han cultivado su mente, no suelen aparecer con tanta frecuencia. Un ejemplo es un spot de Movistar plan profesional. Este anuncio vincula el ser profesional a ser varón blanco.

Si miramos con enfoque de género todo lo que nos rodea nos daremos cuenta del continuo ataque a las mujeres desde muchos ámbitos y muchas veces este ataque es subliminal y pasa desapercibido. El sector de la moda impone una determinada imagen a las mujeres que nada tiene que ver con la realidad y que resulta absolutamente dañina generando unos gastos sanitarios que esta industria no asume (anorexia, bulimia, trastornos de conducta...).
Más ejemplos del tratamiento desigual y discriminatorio que sufre la mujer podemos encontrarlos todos los días. Es un claro insulto a las mujeres.
¿Llegará el día en que determinadas situaciones reflejadas en los medios se vean como anormales?

Autora: Patricia Aragón
Imagen: Cindy Sherman (1954) fotógrafa y directora de cine.

jueves, 29 de abril de 2010

Solidaridad con Pinar Selek


Pinar Selek (Estambul, 1971), socióloga y feminista turca fue acusada en 1998 de participar en un atentado del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) en un mercado de Estambul, donde murieron 7 personas. Sufrió torturas y pasó más de dos años en la cárcel. Desde entonces, y en dos ocasiones, diferentes tribunales turcos dictaminaron su inocencia entendiendo que no había habido ningun atentado, sino una explosión de gas con dramáticas consecuencias (siguiendo así el criterio defendido por los peritos). No obstante, en la actualidad Pinar Selek se enfrenta a una nueva demanda de cadena perpetua y, si alguien no le pone remedio, volverá a ser llevada a juicio por los hechos mencionados, por tercera vez, como consecuencia de un nuevo recurso.

Diferentes organizaciones de mujeres turcas llevan meses impulsando una campaña internacional de apoyo a Selek. La página web donde podéis encontrar más información (en turco, inglés y también en español) es la siguiente: http://www.pinarselek.com/public/destek.aspx?id=46

Terminamos transcribiendo lo que de ella recogía la página web de "Mundos de Mujeres/Women’s Worlds":
"Sus primeros trabajos reflejan las condiciones de vida de minorías sexuales y de los niños de la calle en Turquía. En sus posteriores trabajos de investigación, intenta analizar las razones del conflicto kurdo en Turquía partiendo de las tradiciones militares en su país. En 1998, su negativa a violar la identidad de miembros del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) entrevistados para su libro "No hemos firmado la paz" le costó dos años y medio en la cárcel. Pese a su dramática peripecia personal, Selek es optimista. Asegura que el movimiento feminista turco "es fuerte" y que la sociedad va muy por delante del régimen. Incluso en las regiones más rurales y atrasadas, existen pequeñas cooperativas y asociaciones de mujeres. Dice también que lo que quiere la gente en Turquía es democracia, no islamismo, y que no hay que confundir a los musulmanes con los islamistas".

Fuente: http://www.mujeresenred.net/

Publicado por P.A.

miércoles, 10 de marzo de 2010

El futuro ya está aquí


Usted no lo sabe,
pero depende de ellos.
Usted no los
conoce ni
se los cruzará en su vida,
pero esos hijos de la

gran puta tienen en las
manos, en la agenda
electrónica, en
la tecla
intro del computador,
su futuro y el de sus hijos.

Usted no sabe qué cara
tienen, pero son ellos
quienes lo
van a mandar
al paro en nombre
de un tres punto siete,
o un
índice de probabilidad
del cero coma cero cuatro.

Usted no tiene nada
que ver con esos fulanos porque es
empleado de
una ferretería o cajera de Pryca, y ellos

estudiaron en Harvard e hicieron un máster en Tokio,
o al
revés, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid
o a la de
Wall Street, y dicen en inglés cosas como
long-term capital
management, y hablan de fondos
de alto riesgo, de acuerdos
multilaterales de inversión
y de neoliberalismo económico
salvaje, como quien
comenta el partido del domingo.

Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores
suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón
cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado,
y ni siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de
ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no
tienen rostro público, pese a ser reputados analistas,
tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el
dinero de otros. Tan expertos que siempre terminan por
hacerlo suyo. Porque siempre ganan ellos, cuando ganan; y
nunca pierden ellos, cuando pierden.
No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo
combinaciones fastuosas de economía financiera que nada
tienen que ver con la economía productiva. Alzan castillos
de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los
poderosos de la Tierra pierden el culo por darles coba y
subirse al carro.
Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder. El
riesgo es mínimo. Los avalan premios Nóbel de Economía,
periodistas financieros de prestigio, grupos internacionales
con siglas de reconocida solvencia.
Y entonces el presidente del banco transeuropeo tal, y el
presidente de la unión de bancos helvéticos, y el
capitoste del banco latinoamericano, y el consorcio
euroasiático, y la madre que los parió a todos, se
embarcan con alegría en la aventura, meten viruta por un
tubo, y luego se sientan a esperar ese pelotazo que los va a
forrar aún más a todos ellos y a sus representados.
Y en cuanto sale bien la primera operación ya están
arriesgando más en la segunda, que el chollo es el chollo,
e intereses de un tropecientos por ciento no se encuentran
todos los días. Y aunque ese espejismo especulador nada
tiene que ver con la economía real, con la vida de cada
día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas
en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales
comprometen sus reservas de divisas. Y esto, señores, es
Jauja.
Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el
invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era
una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad.
Y entonces todo el tinglado se va a tomar por el saco. Y
esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más
peso en la economía mundial, muestran su lado negro. Y
entonces, ¡oh, prodigio!, mientras que los beneficios eran
para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que
especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas,
no.
Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los
errores de esos pijolandios que juegan con la economía
internacional como si jugaran al Monopoly, recaen
directamente sobre las espaldas de todos nosotros.
Entonces resulta que mientras el beneficio era privado, los
errores son colectivos, y las pérdidas hay que
socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia y con
fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis
de la Bernarda. Y esa solidaridad, imprescindible para
salvar la estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con
sus ahorros, y a veces con su puesto de trabajo, Mariano
Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los
millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del
mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para
ganarse la vida.
Eso es lo que viene, me temo. Nadie perdonará un duro de
la deuda externa de países pobres, pero nunca faltarán
fondos para tapar agujeros de especuladores y canallas que
juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena.
Así que podemos ir amarrándonos los machos Ése es el
panorama que los amos de la economía mundial nos deparan,
con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta
mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza.

(Arturo Pérez-Reverte. Publicado en ‘El Semanal’ el 15 de noviembre de
1998, y que ahora, doce años después, parece una visión
de Nostradamus).

viernes, 29 de enero de 2010

Deber empresarial y Responsabilidad Social

El Libro Verde de la Unión europea sobre responsabilidad social, define este concepto como la integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus interlocutores. (...). No obstante, la responsabilidad social de las empresas no se debe considerar sustitutiva de la reglamentación o legislación sobre derechos sociales o normas medioambientales, ni permite tampoco soslayar la elaboración de nuevas normas apropiadas. En los países que carecen de tales reglamentaciones, los esfuerzos se deberían centrar en la instauración del marco legislativo o reglamentario adecuado a fin de definir un entorno uniforme a partir del cual desarrollar prácticas socialmente responsables.”

El quid de la cuestión está en el término integración voluntaria. La voluntariedad implica que si no se realizan determinados compromisos las consecuencias son nulas debido a que los mismos son voluntarios.

La responsabilidad de las empresas con la sociedad tiene que empezar por cumplir rigurosamente con las leyes laborales, medioambientales, fiscales, de prevención de riesgos laborales, con las leyes de igualdad y no discriminación y por supuesto con las obligaciones internacionales como el respeto a los Derechos Humanos. El incumplimiento de la legislación sí conlleva unas consecuencias y unas responsabilidades determinadas. En estos casos si se puede responder a las preguntas ¿quién es responsable? ¿de qué? y ante quién. El que una empresa cumpla con la normativa sobre vertidos no la hace más responsable desde el punto de vista de la RSE, simplemente está cumpliendo con el deber que todos y todas tenemos de acatar las leyes en un sistema democrático y de derecho. Los incumplimientos de las leyes si generan compensaciones y también pérdidas a las empresas.

Una de las ventajas de la globalización es la rapidez con la que se transmiten las noticias: si una empresa es denunciada por prácticas discriminatorias en la gestión de su personal o por comprar productos de una empresa proveedora que utiliza mano de obra infantil, la consecuencia inmediata será una caída del consumo de sus productos y si cotiza en Bolsa probablemente sus acciones bajaran y su reputación corporativa se verá dañada. Las empresas que cumplen con las leyes cumplen con este deber.

Bajo el paraguas de la Responsabilidad Social no puede incluirse lo que la normativa exige. No. Una empresa o multinacional no puede decir que es solidaria y responsable socialmente sólo porque cumple la legislación. En el caso de las multinacionales, dando un paso más, deberían cumplir, en todas sus filiales, la legislación más protectora. No pueden decir que son responsables cuando su filial en un país sin legislación o siendo ésta menos restrictiva, se acoge a esto para pagar salarios de miseria, no respetar los recursos naturales o no adoptar medidas de prevención.

Muchas empresas ya se han dado cuenta de la rentabilidad que supone el ir más allá de la normativa y dar pasos (suelen ser pequeños) en el compromiso hacia el entorno y la sociedad. Tener en cuenta las necesidades de los grupos de interés, vende. Las y los consumidores cada vez son más conscientes del impacto que pueden tener sus decisiones de consumo en la transformación de la sociedad. Pero el problema está en lo fácil que es manipular estas decisiones y la RSE forma parte de la misma.

El que las empresas empiecen a integrar en su gestión criterios y valores de responsabilidad y solidaridad social depende en gran medida del convencimiento que al respecto tengan sus líderes y dirigentes. La verdadera RSE supone el establecer compromisos y objetivos para cumplirlos, recursos asignados a tal efecto y establecer mecanismos de seguimiento y control y de evaluación de los mismos.

Como dijo Albert Einstein "El mundo es un lugar peligroso. No por causa de los que hacen el mal, sino por aquellos que no hacen nada por evitarlo".


Autora: Patricia Aragón