martes, 29 de abril de 2008

A PROPOSITO DE LA INFIDELIDAD


Han pasado unos cuantos años desde que escribí estas líneas a propósito de la película Unfaithful (Infidelidad) que estrenaron cuando me dedicaba a trabajar en proyectos de cooperación en República Dominicana. La sociedad en este país es esencialmente machista y aquellas mujeres que se salen de los cánones son calificadas y juzgadas sin ningún tipo de piedad y consideración. Esta película causó gran alboroto y algarabía y provocó en mí esta reflexión que comparto con quien quiera leerla.

Si nos ponemos a analizar las películas que tratan esta cuestión de la infidelidad, se puede observar que el drama se produce cuando es la mujer la que imcumple su compromiso de amor con su marido o compañero. Cuando se deja llevar por el deseo de la carne, cuando aun queriendo a su familia y a su pareja, se deja arrastrar por la adrenalina de una pasión nueva... en fin, esta mujer es calificada como una pecadora, sinverguenza, adúltera y no merece perdón.
Los guionistas, productores y directores son mayoritariamente hombres que nos dan un enfoque masculino de los problemas que quieren abordar. Este enfoque se queda grabado en la mujer como algo válido y normal. Lo que revela esta posición es que el sexo cuando quiera y con quien quiera, es patrimonio del hombre, es lo que ellos llaman la “infidelidad light” que tiene menos, por no decir ninguna, consecuencia social. Esto ha sido así desde tiempos inmemoriales y contando con el aval ético y moral del pensamiento cristiano-católico.

El hombre siempre ha tenido una necesidad de demostrar su virilidad permanentemente (que agotador...) y esta conducta no tiene porqué tener consecuencias ya que normalmente la compañera, mujer o esposa prefiere hacerse la ciega para mantener una relación, conservar la familia, pisoteando su propia autoestima o si lo descubre y decide ir al divorcio puede ser calificada de intransigente e insensible. Total una canilla al aire más o menos... si yo te quiero mi amor....
Si el papel que asume la mujer es el de amante de ese buen hombre, tampoco sale bien parada puesto que es la mala, la tercera en discordia, la que ha empujado a ese “santo” a la cama., a la perdición. La amante sería como el pañuelo de usar y tirar y.... a callar que si no me busco a otra.

Es muy cómodo quererlo todo: necesito una compañera que me de estabilidad emocional y que siempre este dispuesta a abrir sus brazos para acogerme, que me escuche y que me entienda, que sea madre, amiga, compañera y amante cariñosa. Pero también necesito sentir que puedo seguir seduciendo que puedo complacer a más mujeres. Cada pareja, cada relación tiene sus reglas, y eso es una cuestión de dos. Pero claro lo que es injusto es aplicar la manga ancha a unos y a otras no.

Conservar y "alimentar" una relación no recae sólo sobre los hombros de las mujeres. Nada ni nadie nos obliga a estar con una persona, pero si queremos tener una relación estable con alguien, eso supone un respeto mutuo y compartido, y sino es así, pues lo mejor es estar sin pareja y poder tener relaciones con quien a uno le de la gana sin perjudicar a nadie.

Si eres mujer soltera, separada o divorciada y eliges esta opción, la sociedad te califica de cabeza loca, de mujer fácil, “ligera de cascos”. Pero si eres hombre, da igual el estado civil o la situación personal que tengas, eres un macho a carta cabal, un triunfador, un superman...La doble moral y la inequidad predominan en nuestra sociedad y lo peor es que nosotras hacemos en demasiadas ocasiones lo de los monitos hindúes: taparnos los ojos, la boca y los oídos. Así no vale.

Patricia - Gata Dabu

1 comentario:

Edwin dijo...

Me ha estado curioso he interesante sus comentarios sobre infidelidad de pareja o de matrimonio en Dominicana. Presentó el machismo con su consecuencia de estigma a la mujer infiel. Sugirió el comportamiento infiel, su causa en el hombre dominicano es aceptado sin importar las consecuencias de sus actos y escándalos.

Puedo identificar en Dominicana el fenómeno cultural en los bateyes donde varias culturas existen y viven en armonía y se introducen factores de riesgo a la conducta como a sus consecuencias en salubridad (Blandino-Gomez, 1990. Universidad Autonoma de Santo Domingo, Escuela de Psicología.) Estas practicas de la comunidad agraria fueron también difundidas en otras poblaciones por la sinergia cultural que creo la convivencia de culturas distintas, europea, africana, haitiana, haitiano dominicano o “arrayanos” donde el patrón cultural e individual fue conservado. Aprendió, introdujo y practicó en su entorno lo que conoció. 2.) Otro factor que puede influenciar a esta condición es la la confusión de hombres y mujeres se unieron en matrimonio o en una relación mancomunada pensando que sintieron amor; cuando en realidad lo que nutrieron fue una pasión pasajera sustentada por una ilusión fatua. 3.) Tampoco olvidemos enfermedad y las adicciones como lo es la adicción al sexo; como toda adicción crea resistencia y el sujeto en su estado quiere experimentar nuevas y mas relaciones.

Una cosa es amar y otra cosa es el deseo. El amor se ha tergiversado tanto, con tantas interpretaciones que hoy encontramos con dificultad el significado de lo que significa amor. La doctrina social de la Iglesia Católica sustituye la palabra amor y la sustituye por el vocablo caridad. Caridad evita las confusiones lingüísticas ya que no permite remplazar su significado con otras connotaciones que nada son amor verdadero. Estas otras connotaciones y sus practicas van en contra de la dignidad del hombre y mujer cristianos como no cristianos [Conferencia, Monseñor Fernando Feliz, Tratado Doctrina Social, 2009] (Benedicto XVI, Caritas in Veritate. Encíclica.)

Nuestra sociedad occidental esta basada en las culturas egipcias, romana y griega donde se desarrolló un código ético que regula, anuncia y denuncia los asuntos de la moral. La humillación que percibe el ser humano a consecuencias de sus actos es algo muy antiguo recogido en la tradición y ley judía donde la mujer adultera era lapidada y el hombre no. Este conocimiento judeo cristiano es base para los códigos civiles y penales de nuestra sociedad occidental y parte de las enseñanzas cristianas de ética, moral, doctrina social, etc. La humillación al hombre en el Antiguo Testamento se presenta como causa y efecto a los errores en nuestras relaciones con nuestros semejantes como con nuestro Dios. “Señor que somos mas pequeños que todas las naciones, que hoy estamos humillados en toda la tierra por causa de nuestros pecados” (Daniel 3: 37. Antiguo Testamento, Biblia de Jerusalén.) En mi país Puerto Rico un adultero o una adultera convicta pueden ser sentenciado a cárcel, la misma humillación en otro contexto de tiempo, social y época.

En mi opinión personal este fenómeno de infidelidad ha existido y existe en todas otras culturas por distintas razones. Ignorancia de hombre y mujeres en identificar lo fatuo y pasajero como amor y las practicas socioculturales que claman libertad son causantes de estos tratos indignos al ser humano.