martes, 1 de junio de 2010

Sexismo Publicitario

Es curioso ¿no? como en anuncios de hace tiempo se da por sabido que la mujer está al servicio del hombre (psicológicamente y físicamente, legitimando todo) y de la casa. Un papel tan arraigado que aún en la publicidad de hoy sigue estando, pero de una manera quizás menos evidente, aunque para mi opinión más peligrosa. Ante lo explícito uno puede reaccionar. Ante lo implícito es más difícil ser consciente, y ahí está, sigue metiéndose por cada uno de nuestros poros sin que nos demos cuenta, sin poder reaccionar a tiempo, o quizás cuando ya ha pasado tanto tiempo que no te atreves a tomar decisiones(claro, que ya me he puesto a divagar) sobre el peso de esta herencia machista y judeo cristiana que marca nuestra capacidad, nuestra moralidad, de lo que está bien o lo que está mal. De tener los ovarios de ponerte el mundo por montera y enfrentarte a todos y a ti misma).
Creo, que la influencia de la publicidad y los medios de comunicación es tan grande, que es un elemento educador, y lamentablemente y casi siempre, es un elemento nocivo educador con una fuerza bestial que se filtra en la construcción de la persona.
La publicidad de hoy nos enfrenta con otro papel impuesto a la mujer: el de la seducción, la tentación, el pecado, el objeto de deseo (que a la vez condena a algo tan natural como el deseo, en cualquier aspecto, a aquello que nos hace dudar y mantiene vivos). Nuestra educación, siendo creyente o no, está basada en valores y baremos judeo-cristianos. Asi que también tenemos que cargar con la actitud de Eva desde el inicio de la era cristiana... sin que los hombres se quieran dar cuenta, que tomando a Eva y Adan como ejemplo, la mujer es la que busca, la que se cuestiona que ahí más allá, la que decide buscar la libertad a pesar de que le dicen que no coma. La fuerza de la mujer para descubrir por ella misma, es producto del yugo de las sociedades patriarcales. Cada vez que discuto esto, siempre digo, que Adan se conformó con seguir lo que le decían, mientras que Eva se atrevió a romper las reglas para conquistar la libertad. Solo la mujer podría soportar el peso de la historia sobre sus hombros ;)
Lo peor, es que nos encadenan a lo material, así de simple. O somos madres, pero el papel de madre protectoras, cuidadoras, tiernas o simples y materialistas... a extremos, sin poder ser lo que nos de la real gana, y tener el derecho de cambiar por momentos. Y ahí está, lo mamamos, lo absorbemos, y buscamos la talla adecuada y la cara perfecta para seguir sirviendo a otros: al capitalismo, al consumismo, a la sociedad machista y a nuestra propia vida. Porque, lamentablemente, el mayor machismo reside en las mujeres que no se atreven a hacer, lo que otras, al menos intentan.

Autora: Bel

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